martes, 29 de septiembre de 2015

 COLIMA Y SU DIVERSIDAD CULTURAL

 El colimense, colimota, colimeño como prefiera llamarle, es tranquilo, relajado, hospitalario, feliz. Sentado bajo la apacible sombra de una palmera en una de las tantas plazas de la ciudad, se refresca bebiendo sorbos de una fría tuba. A su alrededor, pintorescas casas adornan las calles y numerosas palmeras cocoteras se mecen al compás del dulce viento con olor a sal. Uno de los grandes placeres de los colimeños es la cocina. Debido a lo cual numerosos platillos típicos adornan sus mesas, preparados principalmente a base de maíz, frutas, carne de cerdo, pescados y mariscos. Diversas variedades de tamales de maíz, sopes cubiertos de picadillo, de pata, de lomo o de pollo; langostinos de río preparados en caldo moyos o cangrejo moro guisado a la diabla, pozole de cerdo y el tatemado de carne de cerdo deleitan los paladares de locales y visitantes. Además, se distingue por su originalidad el cebiche colimeño y el pescado a la talla. También, los dulces postres de frutas como alfajor de piña, cocada, rollos de guayaba, plátanos deshidratados y dulces de tamarindo destacan por su rico sabor. Para refrescarse basta con buscar un “tubero”, personaje típicamente colimeño que no duda en trepar por una palmera para bajar con lo que será el néctar que sofocará cualquier calor, la tuba. Y es que, aunque originario de Filipinas, en México el tubero es colimeño. Profesión transmitida de generación en generación, el tubero obtiene la espiga de flores de la palma de coco para preparar una refrescante y deliciosa bebida que junto con el tejuino y el bate forman parte de la tradición colimeña de bebidas naturales. El “mariachi de arpa”, que sustituye a la tradicional trompeta por un arpa), es la expresión musical típica de los colimeños. Al compás de los sones y jarabes más tradicionales alegres danzantes y devotos festejan alguna de las muchas fiestas patronales católicas de cada comunidad. Los sones más representativos del estado son El Camino Real de Colima, Las Comaltecas, El Perico Loro, El Palmero, El Pasacalles, La Iguana de Tecomán, El Pedregal, el Pitayero y Los Morismas. Los tejidos de otate, de carrizo y del zopilotote construyen hermosas artesanías de gran valor artístico. Los artesanos de Suchitlán producen todo tipo de canastas y cestos que han dado a la región fama internacional.











COLIMA Y SU DIVERSIDAD NATURAL

 A pesar de su tamaño, Colima es un estado con gran diversidad natural que cuenta con volcanes elevados, lagos, lagunas, bahías y playas. Un paisaje cambiante. El parque Laguna Carrizalillo, al norte del estado, está formado por una laguna oval de 600 m de diámetro, rodeada por colinas y bellos paisajes montañosos. En ella se puede remar, pescar y admirar aves acuáticas. Algunos kilómetros más adelante se ubica la ex hacienda de San Antonio. Una capilla, un alto acueducto y el portal restaurado componen esta antigua construcción fundada en 1802. Desde las faldas del volcán del Fuego, por terracería, se llega a la zona de Protección Forestal y Refugio Faunístico El Jabalí, declarado reserva ecológica en 1981 para proteger y fomentar la fauna y la flora local, y proporcionar recreación a los visitantes. Cerca se encuentran La Yerbabuena y un parque ejidal de casi 1 000 m de diámetro con la Laguna de María que, a 1 500 m de altitud y rodeada por vegetación selvática y cultivos de café, refleja en sus aguas al Volcán de Fuego. En la costa central destaca la Laguna Cuyutlán, en donde, entre abril y junio, ocurre el fenómeno “Ola Verde” que llega a alcanzar los 6 ó 8 m de altura. La temperatura de sus aguas es agradable todo el año. Se puede practicar volibol, buceo, natación, windsurf y veleo, o pasear en lancha entre manglares mientras se observan aves acuáticas. Al sur, cerca del desemboque del río Armería, está Boca Pascuales, cuya comida típica tiene como ingrediente principal los productos del mar. Es un lugar ideal para hacer deporte y pescar o tan solo para admirar el oleaje que baña esta extensa faja arenosa. Hacia el este se encuentra la Laguna Alcozahué: enorme cuerpo de agua rodeado por dos elevaciones naturales y vegetación de la sierra. Es un sitio adecuado para los paseos en lancha y la pesca de mojarra, bagre y robalo, o para observar cocodrilos en un criadero experimental del lugar. Escasos 5 km al sur y rodeada por densa vegetación está la Laguna de Amela, que se puede recorrer en barcas pequeñas y realizar pesca deportiva, o simplemente caminar por sus alrededores, que fueron decretados zona forestal protegida en 1949, al igual que los de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán, que se localiza en Minatitlán, al noroeste del estado. Esta región montañosa, que cuenta con la Laguna Ojo de Mar y el Salto de Minatitlán, es compartida con Jalisco. Al noreste, también en los límites con Jalisco, destaca el Parque Nacional Nevado de Colima. Está formado por el Nevado de Colima con 4 330 msnm, y el Volcán de Fuego con 3 600 msnm. Esta área ofrece bellos paisajes con bosques de oyamel, pinos y encinos, ideales para el montañismo, alpinismo, campamentos, días de campo o caminatas. El Archipiélago de Revillagigedo, a 750 km de Manzanillo, es un terreno de 636,685 has protegido desde 1994. Se trata de un conjunto formado por un islote, Roca Partida, y tres islas volcánicas: Socorro o Santo Tomás, que es la mayor y más importante; San Benedicto o Anublada, desierto en pleno océano que ocupa casi en su totalidad el volcán Herrera; y Clarión o Santa Rosa, segunda en tamaño, está formada por una elevación con varios basamentos escalonados de diferentes tonos; es la más aislada. En las dos mayores destaca la vegetación costera. Colima tiene diversas bellezas naturales, desde cuerpos de agua, islas, islotes y plácidas costas que ofrecen todos los servicios para que el visitante disfrute a plenitud de todo su esplendor.